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¿Por Qué Usamos La Palabra "Crush"?

  • Foto del escritor: Maverick Ramirez
    Maverick Ramirez
  • 10 mar 2018
  • 4 Min. de lectura

Hoy es, mañana no sabemos

Imagen por Erika Miranda / Vía WeHeartIt

Con anterioridad se oía hablar de los amores platónicos, pero tal expresión engloba una especie de situaciones de las cuales no queremos ser protagonistas. Nadie quiere un amor imposible; y sí, efectivamente crush es la forma de referirse en inglés a un "flechazo"; simplemente hablamos de algo o alguien que nos encanta inmediatamente. Me he estado sintiendo un tanto vacilante al respecto, por supuesto que va mucho más allá de lo mencionado. Pero es una forma de simplificar las emociones que llegan a nosotros de manera repentina, sin esperar nada cambio.

Un crush puede ser tantas cosas. Es un término que usamos para referirnos al encanto que encontramos en el carisma de alguien, un curioso cambio de miradas en el bus, una obsesión con alguna celebridad o una extraña forma de llamar a un ligue que realmente no se llevara a más. Incluso llamamos así a algún interés romántico al que queremos poner fin por extrañas, diversas y -disculpen, pero- tontas razones. La afectividad humana es sin duda algo enorme y complicado de lo que no podemos escapar.

Cuando menciono que tengo un crush en alguien puede ser quien sea, en Twitter, Instagram, cruzando la calle, en la U, ya sea que comparta curso conmigo o me enseñe el ABC; en personas 10 años mayores o un par menores, personas a quienes veo a diario u otras a quienes no tanto, tal vez nunca; y la lista sigue. Tal expresión me da la oportunidad de no limitar mis gustos, puede que me encante como caminás pero no necesariamente me encantás vos. Puede que me hayás gustado la noche anterior pero hoy ya no. Más allá de esto, llamar a alguien "mi crush" pareciese ser una manera de llamar aquello que de alguna forma sé, no llegara a un final que deseo. En estos días el análisis de tal situación me ha llevado dar una especie de viaje introspectivo, he estado -o estuve (¡agh!)- hablando con alguien que en definitiva no tenía mi atención.

He de reconocer que por orgullo no me gusta dar el primer paso, ya saben, ser el primero en escribir o hablar. Y no me interesa si mi amor quema con la intensidad de mil soles. Simplemente me parece aterrador pensar en la posibilidad de ser rechazado. Prefiero no imaginar que todo, por alguna razón, saldría bien. Pero es estas situaciones en donde las diferentes formas de experimentar un crush, se vuelven confusas. Porque a como puede ser algo que simplemente me haga perder el tiempo idealizando y sin concentrarme en mis responsabilidades, puede consumirlo en largas horas intentando saberlo todo. Dónde trabaja, estudia, qué hace, quiénes son sus amigos, fecha de nacimiento y horóscopo, porque nada es seguro hasta que no compruebe que los astros están a nuestro favor.

Luego de tanto, no sé que escribirle, como saludarle, no quiero para nada que sepa de mi desesperante deseo porque salgamos. Las conversaciones, lejos de ser algo privado, pasan a ser pequeños temas con mis amigos porque ni leyendo sus mensajes 500 veces logro dar con la "respuesta indicada" y, cuando lo hago, necesito que sea aprobada por quorum. Aún así, no es tan espantoso como la espera de su respuesta porque después de re-leer el mensaje 374389 veces más me doy cuenta de que el auto-corrector cambió una palabra; y no sé ustedes, pero con eso basta para que me ponga rojo y me desintegre en sudor mientras veo mi dignidad alejarse.

Un crush puede ser un deseo sexual o emocional. Puede hacernos sentir eufóricos, porque posiblemente acabe siendo amor real pero nuestros sentimientos pueden también ser encapsulados para no arriesgarnos a cometer un error que nos lastime. Puede llevarnos a la infatuación e incurrir en innumerables búsquedas por cada pequeña muestra de afecto. Nos gusta demasiado pero no sabemos si siente lo mismo y queremos gritarlo, queremos que lo sepa.

Como sea, eso es lo emocionante de llamar a alguien nuestro crush. Es algo que podemos tener todos los días, recordando que no nos pertenece pero una pizca de posibilidad mantiene vivo el sentimiento. Porque sea que nos corresponda o no, tenemos en ambos escenarios una llave de escape; podemos mantenerlo con nosotros o dejarlo atrás. Es importante cuestionar, aún más de que este bien o mal, lo que nos ofrece. Yendo desde alegres momentos de fantasía, un escape mental/emocional en tiempos difíciles, impulsos de autoestima, luz en medio de una búsqueda por algo pérdido... puede decirnos tanto; nuestro subconsciente suele saber cosas que nosotros aún no.

La atracción es una especie de bestia extraña que queremos tener bajo control. Pero toma un gran tiempo de auto-exploración (además de autorización propia) entender lo que nos sucede y liberar nuestros deseos, no es algo que podamos hacer si nos negamos a explorarlos por completo.

Por lo que no debemos olvidar que consiste en un espectro lleno de posibilidades. Si nos guiamos por el blanco y el negro en el ámbito emocional, lo viviremos en blanco y negro. Llevándose así la emoción por encontrar la razón del porqué nos sentimos como nos sentimos.

Tener un crush no es esencialmente bueno o malo, pero analizar el ímpetu y el contexto en que lo vivimos puede ser esclarecedor.


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