Decepcionado de Mi Mismo Pero, ¿Por Qué?
- Maverick Ramirez
- 8 sept 2018
- 2 Min. de lectura
Y no sé si logre salir de ello.

Últimamente me he sentido mal, triste... decepcionado. De las cosas que hago, de las que consumo, y de lo que manifiesto ser. No porque me sienta insatisfecho con lo que significa ser yo, pero porque no lo puedo ver reflejado en mis acciones y mi personalidad. Me siento capaz de hacer, crear, accionar pero por alguna razón no para demostrarlo. Probablemente sienta temor. Temor a que al compartirlo sea tan satisfactorio como lo imagino. Y que si logro cumplir mis expectativas, a que las demás personas esperen más de lo mismo; ¿podría mantenerlo todo unido, en perfecto estado? No siempre me siento bien, algunas veces -más de las que quisiera- nada tiene sentido y sólo quiero detenerme pero sin que sea notable. Y de serlo, quiero que sea percibido como si realmente fuese mi decisión, una que espero sea validada. Aún así, la validación externa no es constante y como si fuese una droga, quiero más de ella. La busco, la necesito, hago lo que sea para obtenerla; convertirme en asesino, en víctima, hablo de mi o me visto ostentosamente. Todo para recuperarla una y otra vez. Pero no funciona, no me hace sentir mejor, no soluciona mi problema. El miedo me paraliza y lidera cada pensamiento que se avecina, me llevan a considerar el peor escenario y preguntarme si a alguien más le sucede. Esa idea rebotando en mi cabeza constantemente se mantiene hasta el final y las cosas resultan muy diferentes a lo que esperaba, aun cuando sabía cómo hacer que todo saliera tal cual yo lo quería, simplemente me siento atado.

Esta semana comprendí que es importante sentirnos acompañados; especialmente cuando percibimos que de alguna forma nuestro cuerpo está presente pero pareciera que nuestras acciones son una respuesta automática a la realidad, de la cual buscamos escapar con nuestras mentes. Tenemos que hablar, contarlo, dejar de engañarnos y buscar una solución. Acercarnos a quienes se encuentran a nuestro alrededor y modelar aquello que nos acerque al resultado o deseo que esperamos, excluyendo lo que consideramos nos mantiene a la distancia. Sentir decepción de nuestro propio ser es una especie de alarma que nos llama a actuar y de manera consiente. Comprender que hay momentos difíciles y asumirlos. Debemos tomar el tiempo que sea necesario para buscar una alternativa que nos acerque más a la esencia de lo que somos o deseamos ser y hacer, recordando una y otra vez que lo más importante es nuestra salud y por ende, sentirnos cómodos con el proceso. Sin importar cuanto tiempo pareciera tomar y cuan diferente sea del de las personas que nos rodean.
Ilustración por Jeannie Phan / Vía Instagram
Comments